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24 oct 2012

El increíble paisaje del Valle de la Luna

El valle de la Luna es conocido también como Parque Provincial Ischigualasto. Es un área protegida que se sitúa en la provincia de San Juan, en el extremo norte de la misma y tiene unas 275.369 hectáreas. Su nombre fue dado por el antiguo dueño de la estancia Ischigualasto y fue declarado Patrimonio de la humanidad en el año 2000 por la Unesco. Ischigualasto proviene de voces diaguitas y significa “sitio donde no hay vida” o “lugar de la muerte” aunque también hay versiones que dicen que proviene del quechua y significa “lugar donde se posa la luna”. 

El Valle de la Luna se encuentra a unos 330 km de la ciudad capital de San Juan y es una reserva paleontológica y geológica apreciada mundialmente en la que se pueden ver restos fósiles del periodo triásico así como rocas que documentan la historia de la tierra. Su paisaje es muy particular, se conjugan extrañas formas con los más variados colores y la escasa vegetación. Científicos calculan que las formaciones que pueden encontrarse en este lugar tienen entre 180 y 230 millones de años de antigüedad y pueden apreciarse en forma completa y ordenada cronológicamente. 

Si bien es un lugar ideal para estudiosos del tema y amantes de la historia, también atrae la atención de miles de turistas provenientes de todas partes del mundo. En el lugar existe una especie de museo en el que se enseña el proceso de extracción de un fósil y se explican algunas peculiaridades de los mismos. También se puede hacer un recorrido en auto, que dura aproximadamente 3 horas pero tiene que ser con un guía turístico. Otra opción es realizarlo en bicicleta. En el parque existe también un volcán ya extinto denominado Cerro Morado al cual se puede ascender por el tiempo de una hora aproximadamente. 

El Valle de La Luna es un lugar mágico y hostil de un clima muy cambiante entre verano e invierno, con mucho sol, muy seco, ventoso y frío por la noche. Deslumbra no solo porque marca el inicio de la vida en la tierra sino también porque allí se puede vivenciar la soledad y el silencio que abruma y sentir el espíritu de los animales que lo habitaron. Paisaje desértico lleno de formaciones arcillosas que la naturaleza humana se encaprichó en darle nombres de cosas cotidianas. Así surgieron las geoformas. Entre ellas podemos mencionar “La Cancha de Bochas”: constituye un misterio que aún no se ha revelado y es una superficie plana llena de esferas perfectamente pulidas en forma circular. “El Hongo” constituye una clara muestra de la erosión provocada por el viento y el agua que hizo que en el medio sea más estrecha y pudiera asemejarse a un hongo. “Valle Morado” se asemeja a un indio acostado y es una formación que se eleva a más de 1400 metros sobre el nivel del mar. Otras “siluetas” conocidas son: “El Gusano”, “Valle Pintado”, La Esfinge”, “El Submarino”, entre otras. Entre los restos de dinosaurios que se encontraron allí no se puede dejar de mencionar a Eodromaeus, que vivió hace más de 230 millones de años, medía 1.60 mts de largo y se lo considera el padre del “Tiranosaurio Rex” o “Velocirraptor”. 

 Mítico, fascinante, misterioso, el Valle de La Luna es una atracción para toda la familia, no solo para los amantes de la paleontología y geología sino para todo aquel que quiera tener una vivencia plena con la naturaleza en todo su esplendor.

Visitando el Parque Nacional Talampaya

El turismo sustentable o sostenible es una modalidad por la cual muchos visitantes optan por conocer y disfrutar de muchas áreas y atractivos sin descuidar la naturaleza, donde su atención y conservación; involucra personas y organizaciones cuya preocupación es la protección del medioambiente.

Asimismo, esta es una modalidad que respeta los espacios y los individuos que habitan allí integrándolos tanto en su cultura como generando empleos que le devuelvan riqueza a la localidad. La filosofía del turismo sustentable se ve fuertemente ligada a la construcción de Parques Nacionales que protejan áreas naturalmente vulnerables o que requieran conservación. 

Los parques nacionales en Argentina se encuentran divididos en cuatro zonas (noroeste, noreste, centro y Patagonia respectivamente) y suman más de 50 en todo el país. Entre los de la zona céntrica de nuestro país encontramos El Leoncito, Otamendi, Quebrada del Condorito, Talampaya, entre otros. Este último se encuentra ubicado al centro oeste de la provincia de La Rioja, fue creado en el año 1997 y su superficie abarca más de 200 mil hectáreas. Se puede llegar allí tanto desde Córdoba como La Rioja por las rutas provinciales número 38 y 150 y se puede hacer tanto en colectivo, como en avión (luego en vehículo terrestre) o en auto. Es importante remarcar la alta frecuencia de las líneas de colectivo entre ambas provincias mencionadas. Para conocer esta área protegida, hay que tener en cuenta que su clima es muy árido y seco, por lo cual se aconseja llevar protectores solares por la intensa radiación así como abrigo para la noche por la gran amplitud térmica; además, es necesario tener en cuenta que en verano suele llover muy abundantemente y entre julio y octubre el clima está marcado por fuertes vientos, entre ellos el Zonda. 

En cuanto a sus características naturales, se destaca no solo por lo asombroso de sus formaciones geológicas que delatan miles de años de antigüedad sino también por su diversidad y la capacidad de sus especies para adaptarse a las condiciones desérticas. Entre la flora encontramos jarillas, cactus, retamos y algarrobos además de un arbolito distintivo de la zona llamado Brea. Los animales que conviven en la región son en su mayoría zorros del monte, guanacos, tortugas terrestres, lagartijas, cóndores y halcones. 

Es importante mencionar la relevancia paleontólogica que posee el lugar por la abundancia de restos fósiles existentes en la zona; los cuales son una notoria prueba del paso de la Era de los Dinosaurios por el lugar, 200 millones de años atrás. A tener en cuenta por todo aquel que pretenda visitar este Parque Nacional es que lo debe hacer acompañado por un guía turístico y además que se encuentra abierto de 8.30 hs a 17.30 del 1ro de mayo al 10 de septiembre y de 8 a 18 hs desde 11 de septiembre al 30 de abril. El lugar cuenta con un área de servicios con confitería, sanitarios, hospedajes, proveeduría, etc. 

También, a pocos kilómetros hacia el norte existen pueblos con hoteles y todos los servicios. Los amantes de la naturaleza, la historia y la tranquilidad tienen que dar por descontado que visitando el Parque Nacional Talampaya van a encontrar todo lo que buscan y más aún, se van a llevar la grata sorpresa de volver muy distintos a como fueron.

10 oct 2012

Flora y Fauna del Parque Nacional Talampaya

Argentina es un país muy rico no solo por su diversidad paisajística y geográfica sino también por la diversidad de climas y por ende, la variedad de flora y fauna que se puede encontrar. La Rioja es una provincia continental, es decir alejada tanto del océano atlántico como del pacífico, su capital se encuentra a casi 500 metros sobre el nivel del mar, posee un relieve montañoso y con escasas lluvias. Por estos y otros motivos, en general su clima es seco, árido, y con una gran amplitud térmica, haciendo que su flora y fauna sean especies que se adapten perfectamente a las condiciones climáticas y a las variaciones de alturas, tanto en regiones montañosas como en la llanura desértica. 

Entretanto, Talampaya es una región de La Rioja que ocupa las serranías bajas al oeste de la provincia, allí se creó el Parque Nacional del mismo nombre con el objetivo, entre otros, de procurar la preservación de la biodiversidad de la región. El lugar que ocupa es el del monte, o estepa, donde predominan matorrales y los bosques de algarrobo muy esparcidos. En general, la vegetación es arbustiva, diseminada y baja, entre las plantas características de este lugar se encuentra el Retamo sin hojas y Tallos verdes, las jarillas resinosas de follaje brillante y la brea, árbol de corteza lisa y brillante que en primavera se cubre de flores amarillas. 

Además, no se puede dejar de mencionar como característico de este lugar a “la chica” un árbol endémico de las provincias de La Rioja, San Juán y San Luis. Otras plantas características de la zona son las cactáceas y los cardones. También, cerca de flujos de agua es posible vislumbrar bosques de algarrobos. Cerca de las sierras hay algunos ejemplares de algarrobo blanco y negro lo cual sugiere la existencia de depósitos de agua cerca de la superficie del suelo. La fauna está representada en primer lugar por las aves, luego reptiles y algunos mamíferos. 

Animales comunes en el Parque Nacional de Talampaya son los zorros grises, la chuña de patas negras y la calandria mora; entre sus altos y rojizos paredones es posible encontrar aves rapaces como el cóndor, el águila mora y el halcón peregrino, siendo morada de roedores como el chin chillón. Hay especies silvestres en este Parque Nacional de La Rioja que merecen su mención ya que habitan y son protegidos por este lugar. Entre ellas encontramos varias exclusivas de Argentina como las aves “gallito-arena” o “pampa-guanaco”, el canastero rojizo y el cachalote pardo, el mamífero "intiquirquincho"; y, entre la flora el “retamo”, la “chica” y la “verdolaga”. Muchas especies autóctonas y otras que han llegado al lugar por la acción del hombre son las que se pueden admirar en el Parque Nacional Talampaya. 

Pero lo interesante no es solo mirar sus especies sino también entenderlas como parte de su espacio, razonar cómo se han adaptado a las condiciones climáticas y geográficas. Es muy interesante tanto para escolares como para adultos, el hecho de poder darse una idea de cómo la naturaleza es sabia y acomoda cada una de sus creaciones en su lugar.