26 nov 2012

Ruinas La Ciudacita en Tucuman


Tucuman es un lugar cargado de relatos y de historia. Sus calles, edificios y recovecos son significativos, en el sentido en se constituyen como testimonios materiales de un pasado que hoy nos configura de alguna manera. Situada en la región geográfica del Noroeste Argentino, es la provincia más pequeña de Argentina y tiene por ciudad capital a la pintoresca San Miguel de Tucumán. También forma parte de la Región del Norte Grande Argentino, limita al norte con la provincia de Salta, colinda al este y sur con Santiago del Estero y al oeste y sur con Catamarca.

En Tucumán podemos hallar sitios naturales majestuosos. Cadenas montañosas, valles y sierras conforman la geografía característica de su territorio. Como veníamos diciendo, posee múltiples sitios históricos. La provincia posee una riqueza arquitectónica, cultural y patrimonial sin paralelo.

Y estrechamente relacionado a ello, en su territorio se sitúan importantes zonas arqueológicas, que a lo largo de los años fueron descubiertas e investigadas por la antropología. Es importante decir, en este sentido, que en Tucumán se asentaban hace muchos años atrás, antiguas civilizaciones autóctonas, como las de Cultura Candelaria, Cultura Tafí  y Cultura Condorhuasi, y posteriormente, la cultura Santa María que tuvo lugar, fundamentalmente, en los Valles Calchaquíes, dando origen a las pequeñas ciudades fortificadas de Quilmes y Tolombó.

Hoy en día, se pueden apreciar las huellas que estas civilizaciones han dejado en la tierra. En este sentido, mencionamos a las Ruinas La Ciudadita.  Se ubican a nade menos que 4.200 metros de altura, sobre una cadena montañosa perteneciente a la zona de los Nevados del Aconquija. Son asentamientos, ruinas de forma escalonada que se construyeron sobre la ladera, y que aún se conservan como antiguas construcciones de las civilizaciones que habitaban esas tierras hace años atrás. Las ruinas resultan impactantes, por el gran tamaño de la superficie y por el detalle y la calidad del trabajo realizado con piedras lajas de color grisáceo.Se calcula que la construcción es  posterior al año 1480 D.C. El lugar se encuentra diferenciado en dos sectores de edificaciones, que están unidas por un camino empedrado. Ambos poseen distintos tipos de estructura de piedra con diferentes formas geométricas.

Si bien la historia de su origen es aún un polo de discusión, algo incierto, su valor cultural posee una inmensa riqueza. Algunas historias postulan que este era un espacio sagrado de la Cultura Tafi, destinado a la observación de los astros; otras posturas, sostienen en cambio, que las ruinas pertenecen a construcciones propias del Imperio Inca, ya que la puerta de entrada al recinto ceremonial, se encuentra, como en la civilización proveniente del Machu- Pichu, perfectamente alineada con la salida del sol.

Para conocer este lugar, se necesita aproximadamente de una semana si se quiere realizar una excursión. Se puede hacer a lomo de mula o a pie, y siempre bajo el camino indicado por el guía autorizado del Parque Nacional, que acompaña la aventura.



Adentrarse a este mundo, es poder habitar una historia y una cultura que, aunque nos puedan resultar ajenas normalmente, son fundamentales en la constitución actual de Tucumán y la región, y de su gente.

B. Nocioni.

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