La Rioja además de ser un excelente y atractivo punto turístico cuenta con innumerables actividades por realizar. Sin ir más lejos se encuentra dividida en 18 departamentos que amplían aún más las opciones del turista.
Un buen ejemplo lo constituye la localidad de Coronel Felipe Varela, ubicada en el sector occidental de la provincia a la cual pertenece el departamento de Villa Union y limita con el imponente cerro de Famatina. Un lugar de no más de 6.000 habitantes caracterizado por un paisaje natural y esplendoroso. No es solo un simple, tranquilo o aburrido pueblo. Si queremos diversión de la mano de la Fiesta Nacional del Peón Viñador la encontraremos.
Esta celebración data desde 1973, año en que se llevó a cabo la primera fiesta del Peón viñador. Es una conmemoración que se realiza cada año, con sumo sentimiento evocando los valores de libertad y democracia que se vieron socavados en la dictadura de 1977 y hasta el retorno de la democracia al país.
Cuando la calma política y social volvió la fiesta renació con más fuerza que nunca. Se trata de una festividad que convoca mayormente a artistas locales a fin de promover la cultura autóctona. En un primer momento y antes de la dictadura militar se convocaba a cantantes elegidos, luego se añadieron certámenes a fin de abrir el abanico de opciones y brindar oportunidad a todos por igual.
Quien asista debe estar preparado a pasarla bien, relajarse y dejar de lado todos los problemas. Esta celebración fue declarada Fiesta Nacional a través de la resolución Nº 250.
Se caracteriza por la simpleza de su gente, su colorido y la infinidad de exquisiteces propias del lugar que se pueden degustar. Todo se brinda como ofrenda y agradecimiento por la cosecha recibida y el trabajo que esta provee a cientos de familias.
Una vieja tradición que se retomó en las últimas ediciones fue la elección y coronación de la reina del Peón Viñador, que lucen su belleza y trajes arriba de coloridas y originales carrozas. Obviamente el protagonista es el vino, Felipe Varela es zona por excelencia donde se albergan los mejores viñedos logrando así una bebida de gran calidad y robustez.
La música es de raíz folklórica, se destaca La Chaya colmada de coplas y versos que cuentan en estrofas historias que solo la música puede ilustrar. Se lleva a cabo en febrero de cada año, hay ómnibus que acceden al lugar que no se encuentra a más de dos horas de la capital.
También se podrá encontrar hospedaje que brinda todas las comodidades y servicios. Antes de que empiece la fiesta se puede aprovechar para dar una vuelta por el pueblo, recorrer sus calles y conocer un poco más. Un lugar sin desperdicio alguno, la música que suena constantemente e invita a soltar el alma y dejarse llevar.
La Rioja es una provincia de cultura vitivinícola que ha dado grandes y reconocidas uvas como el exquisito torrontés riojano. Una fiesta sin igual, recomendada para los amantes del buen vino, como así también para la familia y los amigos.
31 dic 2012
Fiesta del vino Patero
La “Fiesta Provincial del Vino Patero y la Mistela” se realiza en la localidad tucumana de Amaicha del Valle. La misma se sitúa a 164 kilómetros al noroeste de San Miguel de Tucumán. Dentro de los hermosos Valles Calchaquíes es posible llegar a Amaicha tanto desde el norte, desde Tafí del Valle- Salta- como desde el sur, Catamarca y Tucumán. Es un lugar bellísimo y tranquilo, situado a mas de 2 mil metros sobre el nivel del mar donde, el que busca relajarse lo puede hacer pero también hay atractivos para los más activos como el trekking, cabalgatas y expediciones 4x4, entre otras.
De color rosado, bien dulce y con abundante cantidad de alcohol, el vino patero es muy conocido dentro del territorio argentino. Tradicionalmente se fabricaba pisando las uvas con los pies sobre cuero de buey para luego recolectar el mosto e introducirlo en enormes tinajas y esperar su fermentación. Luego la fabricación progresó comenzando a tener técnicas de más calidad para la fabricación de esta bebida tan famosa en nuestro país por lo “buena para el corazón”.
Con ediciones que se renuevan año a año en el mes de julio esta festividad se desarrolla en la plaza principal de Amaicha donde se congregan centenares de personas. Un escenario montado en la conocida por todos Plaza Gral. San Martín con muchos puestos de comidas y artesanías alrededor es el marco de esta celebración, eso sin contar el excelente paisaje que se puede admirar a los cuatro puntos cardinales de Amaicha del Valle. La fiesta está a cargo de la organización “Fortín Gaucho Los Amaichas” y cuenta con el apoyo de autoridades de turismo de la localidad así como de la Comunidad Indígena de Amaicha.
Se trata de una jornada repleta de actividades: exposición de los productores locales de vino patero; una feria de artesanos del lugar con los mejores trabajos hechos a mano para cualquiera que se quiera llevar un recuerdo; puestos de comidas regionales donde el visitante tiene la posibilidad de probar deliciosos locro, humita, tamales, empanadas entre otras exquisiteces; también se realiza un desfile de agrupaciones gauchas de mucha antigüedad y prestigio de la zona; un festival a pura música y baile y el clásico concurso anual de vino patero con importantes premios para los ganadores.
Al finalizar cada edición, los organizadores brindan una degustación de deliciosa agua ardiente, mistela y vino patero. Luego de esta celebración, unos días posteriores generalmente en agosto, se realiza la también ya tradicional Fiesta de la Pachamama. Una celebración por la cual se le rinde culto y se le hace ofrendas a nuestra madre tierra. La veneración comienza normalmente antes del amanecer en un lugar conocido como La Loma, continúa con discursos de caciques de la comunidad Indígena de Amaicha quienes son los que formalmente brindan ofrendas a la Pachamama culminando con una fiesta a pura música, locro y vino.
Desde el lado de los organizadores, esta fiesta les sirve para dar a conocer su provincia, su producción de exquisitos vinos y comidas; sin embargo la Fiesta del Vino Patero de Amaicha del Valle es una excelente oportunidad para argentinos y extranjeros para conocer este hermoso lugar del Valle Calchaquí, aprender de las costumbres de sus pobladores y disfrutar de días a puro folclore argentino.
De color rosado, bien dulce y con abundante cantidad de alcohol, el vino patero es muy conocido dentro del territorio argentino. Tradicionalmente se fabricaba pisando las uvas con los pies sobre cuero de buey para luego recolectar el mosto e introducirlo en enormes tinajas y esperar su fermentación. Luego la fabricación progresó comenzando a tener técnicas de más calidad para la fabricación de esta bebida tan famosa en nuestro país por lo “buena para el corazón”.
Con ediciones que se renuevan año a año en el mes de julio esta festividad se desarrolla en la plaza principal de Amaicha donde se congregan centenares de personas. Un escenario montado en la conocida por todos Plaza Gral. San Martín con muchos puestos de comidas y artesanías alrededor es el marco de esta celebración, eso sin contar el excelente paisaje que se puede admirar a los cuatro puntos cardinales de Amaicha del Valle. La fiesta está a cargo de la organización “Fortín Gaucho Los Amaichas” y cuenta con el apoyo de autoridades de turismo de la localidad así como de la Comunidad Indígena de Amaicha.
Se trata de una jornada repleta de actividades: exposición de los productores locales de vino patero; una feria de artesanos del lugar con los mejores trabajos hechos a mano para cualquiera que se quiera llevar un recuerdo; puestos de comidas regionales donde el visitante tiene la posibilidad de probar deliciosos locro, humita, tamales, empanadas entre otras exquisiteces; también se realiza un desfile de agrupaciones gauchas de mucha antigüedad y prestigio de la zona; un festival a pura música y baile y el clásico concurso anual de vino patero con importantes premios para los ganadores.
Al finalizar cada edición, los organizadores brindan una degustación de deliciosa agua ardiente, mistela y vino patero. Luego de esta celebración, unos días posteriores generalmente en agosto, se realiza la también ya tradicional Fiesta de la Pachamama. Una celebración por la cual se le rinde culto y se le hace ofrendas a nuestra madre tierra. La veneración comienza normalmente antes del amanecer en un lugar conocido como La Loma, continúa con discursos de caciques de la comunidad Indígena de Amaicha quienes son los que formalmente brindan ofrendas a la Pachamama culminando con una fiesta a pura música, locro y vino.
Desde el lado de los organizadores, esta fiesta les sirve para dar a conocer su provincia, su producción de exquisitos vinos y comidas; sin embargo la Fiesta del Vino Patero de Amaicha del Valle es una excelente oportunidad para argentinos y extranjeros para conocer este hermoso lugar del Valle Calchaquí, aprender de las costumbres de sus pobladores y disfrutar de días a puro folclore argentino.
27 dic 2012
Pictografias y petroglifos que se encuentran en Talampaya
La
historia de la provincia de La Rioja es de gran interés y se encuentra viva en
cada uno de sus lugares. Desde diversas comunidades de aborígenes hasta el
caudillo Felipe Varela encontramos una
sociedad que se ha conformado en base a la cultura y el progreso. Quizás
por falta de difusión turística, ronda
la idea en general que ir a visitarla es
aburrido y no hay nada nuevo por hacer o descubrir.
El
Cañón de Talampaya constituye un excelente destino para conocer y
explorar, aparte de ser un lugar
bellísimo, es propicio para el turismo y todo aquel que busque deslumbrar sus
ojos.
Entre
sus cualidades encontramos paredes montañosas de gran altura, generando una sensación de pequeñez ante su
gran tamaño.
Dejando
de lado sus características más comunes pero no por eso menos importante, nos encontramos con pictografías y
petroglifos propios del cañón. Por pictografía se entiende toda aquella
escritura mediante símbolos que el hombre empleo para comunicarse al comienzo
de la humanidad.
Ahora
bien los petroglifos son diseños labrados sobre rocas que en su mayoría
representan animales como así también insignias que hablan de la cotidianeidad
de sus habitantes. Los
asentamientos humanos datan desde el año 120 en adelante, habiendo pasado por
allí muchas culturas indias de variados orígenes.
El
mosaico cultural es muy rico. Diaguitas y aborígenes también se cuentan entre
sus habitantes pasados. No obstante es recomendado para entusiastas de la
arqueología ya que abundan pictogramas que guardan años de sabiduría y
misterio.
Las
pictografías y petroglifos que se encuentran en Talampaya son únicos en la provincia y constituyen un patrimonio
de gran importancia.
Si
bien no abundan en demasía hay lugares específicos donde se los puede admirar
como por ejemplo “Los Pizarrones “y” La Puerta de Talampaya”, son de fácil
acceso y resguarden entre sus muros
grafías que se dice fueron hechos por los incas.
Las
formas o figuras que podemos llegar a
encontrar van desde jeroglíficos
redondeados y sin definición alguna hasta imágenes de mayor claridad. Se observan líneas rectas, curvas,
extraños firuletes que son objeto de estudio e investigación en la actualidad.
Los colores obedecen a la arcilla y los componentes propios de la madre tierra,
de ahí que se forman tonos cálidos y radiantes.
Mientras
recorremos el lugar se encuentra el antiguo cementerio aborigen y ruinas de
antiguas construcciones, marcando así el inicio y fin de una época que evoca un
pasado lejano pero vivo.
Vale
destacar que Talampaya es Parque Nacional desde 1997 y se creó con el único fin
de preservar la riqueza arqueológica y paleontológica de la zona.
Es de utilidad saber que el ingreso al lugar se
hace con guía turístico, está destinado a un turismo que busca conocer e
indagar en arqueología y disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión.
Se
encuentran a disposición diferentes excursiones como travesías 4x4 donde arriba de un gran micro todo terreno
podemos recorrer los caminos y sus grandes paredones.
La
excursión denominada Cañón de Talampaya con recorrido hasta El Monje es la que
nos llevara a La Puerta de Talampaya que como ya se menciono es donde se
encuentran principales pictogramas y petroglifos. Un lugar sin precedentes, un
regalo de la naturaleza que no se puede desperdiciar.
Colorido majestuoso del Cerro Guandacol
La
Rioja como destino turístico argentino, sorprende con cada uno de sus lugares. Se pueden encontrar
numerosos valles y cerros como así también
paisajes únicos que engalanan a
una región llena de magia y belleza.
El
colorido majestuoso del cerro Guandacol, conforma un lugar que, como su nombre
lo indica constituye una delicia para cualquier visitante.Sus colores van
desde tonos rojizos intensos, hasta
suaves matices rosados, ocres y verdes
que se mezclan con la naturaleza. Está ubicado muy cerca de la ciudad de San
Juan con la cual limita y pertenece al
departamento Coronel Felipe Varela, de la capital riojana hay una distancia de
340 km aproximadamente y se puede acceder en auto sin problema.
Desde el punto de visto geográfico el cerro esta incrustado en la pre cordillera
que a su vez limitan con Mendoza y San Juan. A simple vista se observan cortes
muy bien marcados en sus paredes conformando
una mezcla de montañas que varían en tamaño y forma irregulares, logrando así una mixtura original y un paisaje sin
comparación. Otra de sus características refiere a su extensa longitud en su
terreno llano y a la gran altura de sus
montañas que superan los 3000 metros. El cerro se formó en plena era
paleozoica, siendo un paisaje natural
reconocido por su imponente forma y la gran cantidad de piedras que datan de
miles de años atrás entre muchas de sus cualidades.
En
cuanto al clima se puede decir que es variable y va de templado a sub tropical,
la región es seca y el viento predominante es el Zonda. A simple vista se
observan cortes naturales, entre las paredes montañosas que formas figuras
geométricas de texturas muy variadas.
Posee gran extensión y las líneas rectas predominan en la escena del paisaje.
Los
colores son magníficos, llaman la atención y presentan matices raros y únicos.
Además de su atractivo natural, geográfico y turístico se puede disfrutar de
comidas típicas y exquisitos vinos, con frutas propias del lugar, además de
dulces y conservas elaboradas de manera casera con un toque de tradición. Cuenta con 4.000
habitantes, siendo un pequeño poblado caracterizado por la calidez de su gente.
Antiguamente
la economía descanso mayormente en la
actividad agrícola ganadera, hoy por hoy encontramos una alta producción de
olivo, vid y frutas varias.
La
historia es parte fundamental y cobra vida en el recuerdo de Felipe Varela;
destacado patriota y caudillo argentino oriundo de Guandacol.
El
cerro es uno de los más lindos del país. Recomendado para los amantes de turismo
rural y o alternativo, para quienes buscan algo fuera de lo convencional.
El
mismo lugar ofrece maravillas escondidas o mejor dicho distribuidas a lo largo
de las miles hectáreas que ocupa. Aquí podremos visitar Vallecito Encantado una
gran muestra del denominado periodo carbonífero con formaciones rocosas de más
de 350 millones de años.
A
tan solo 40 km del lugar se encuentra
Guandacol Hotel, con precios accesibles y muchas comodidades para el turista.
Hay
mucho por recorrer y conocer, ideal para descubrir, relajarse y embarcarse en
un mundo nuevo que nos invita a indagar un destino impactante. No olvidar
buscar recomendaciones en la oficina de turismo, llevar abundante agua, ropa
cómoda y protector solar. Todo está listo para disfrutar de un viaje único e
inolvidable.
Banda Florida y petroglifos de la isla y rio el Suri
La
República Argentina es conocida como un país rico en razas y variadas
costumbres tomadas tanto de inmigrantes como de aborígenes que la habitaron desde tiempos inmemoriales.
En todos los puntos del país nos encontramos con vestigios antiguos que forman
parte de la historia de muchas provincias. Atractivos únicos que nos remiten a nuestra cultura precolombina.
La
cultura ciénaga radicada en territorio riojano 200 años D.C conforma la parte
histórica y arqueológica de la Banda Florida, un lugar que encarna años de
misterio y sabiduría. Esta cultura propiamente dicha corresponde a la etapa
agro alfarera y se caracteriza por haber dejado miles de petroglifos en las
paredes de este bello y enigmático lugar.
Un
poco más adelante entre los años 500 y 800 D.C encontramos restos de la
denominada cultura Aguada que viene a cerrar el periodo agrícola alfarero y
está marcada por el arte precolombino.
La
isla se encuentra ubicada a 6 Km de la localidad de Villa Union en el sector
noreste de la ciudad. Si uno se dispone a recorrer Banda Florida y petroglifos
de la isla y el río Suri debe saber que se embarca en una experiencia que tiene
como principal testigo miles de grafías e imágenes dejadas como testimonio por
parte de los habitantes del lugar.
Las
grafías que allí se encuentran son de gran importancia patrimonial y cultural.
Constituyen según los estudiosos los primeros intentos de comunicación del
hombre con su entorno.
Pese
al paso del tiempo y los cambios climáticos del lugar los petroglifos se han
conservado casi en perfecto estado. La modernidad y los avances en la ciencia han
llegado tarde y muchos de estos pictogramas no han podido ni podrán
descifrarse.
Se
encuentran inscriptos en las paredes de las ruinas y rocas. Hay millones de
formas, figuras y tamaños distintos.
En
el medio de Banda Florida podemos encontrar el cauce del Río Suri, podemos
parar un rato en su costanera y disfrutar de sus frescas y tranquilas aguas.
Si
seguimos el camino del río y a unas 15 cuadras de distancia podemos encontrar
con una vieja formación rocosa denominada El Barco aquí se concentran miles de
grafías de varias culturas que no han podido ser precisadas con exactitud.
Se
puede visitar el lugar caminado y se torna muy divertido por la dificultad de
los senderos que se mezclan con pequeñas ramas que se desprenden del Suri.
Es
ideal para recorrerlo de manera tranquila y sin apuro, podemos observar la
flora del lugar y con suerte vislumbrar uno que otro animal.
Está
prohibido olvidar la cámara de fotos, la postal es impoluta y digna de ser
retratada. El lugar además de su contenido histórico y arqueológico es un mundo
nuevo, donde se respira paz, aire puro y
sin contaminación.
Los
paisajes son bellos e imponentes, el color da vida y calidez a un lugar soñado.
Una opción única para tener en cuenta para vuestras próximas vacaciones. Ideal
para disfrutar a pleno y llevarse una experiencia rica y de gran interés
cultural. Banda Florida se encuentra en los paquetes de viajes de las agencias
de turismo en la mayoría de las
provincias, por ende no quedan más excusas, a visitar La Rioja se ha dicho.
Artes rupestres en el cañon de Anchumbil
Si
hay un lugar en el mundo donde se pueda conocer el arte en períodos
precolombinos es la zona del noroeste del país.
Las
provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán, La Rioja y parte de San Juan
fueron habitadas por los Diaguitas, quienes a partir del año 850 desarrollaron
una cultura muy rica basada en el uso del metal y los trabajos de alfarería más
tarde con influencia de Culturas de los Andes Centrales. Diaguita proviene del
quechua y significa “serrano” aunque algunos autores también los llaman
“Calchaquíes”. Se alimentaban en base al maíz, zapallo y porotos y trabajaban
con llamas, guanacos y vicuñas, parte de la fauna típica de las actuales
provincias del NOA. También fueron especialistas en la cerámica fabricando
platos, vasijas y jarrones sin dejar de mencionar la habilidad que
desarrollaron en el trabajo del oro, el cobre
y la plata.
Parte
de su legado se puede encontrar reflejada en las artes rupestres en el cañón de
Anchumbil. También llamado Cañadón o a la zona directamente “del cañadón”
refiriéndose a una formación geológica compuesta de piedras, residuos
volcánicos, etc., se encuentra enmarcado en un paisaje lleno de cardones,
águilas, formaciones rocosas de color rojizo y vertientes de pura agua
cristalina. Este lugar riojano se ha convertido en un verdadero paraíso no solo
para turistas sino para estudiosos de la historia. Los diaguitas dejaron aquí grabados
en las piedras, bien escondidos entre huecos y pasadizos, testimonios de su
estilo de vida y costumbres.
Otras
versiones explican que en el lugar, los que dejaron marcas de sus huellas por
nuestra tierra supuestamente fueron los Incas, todo a través de pictografías y
petroglifos. Se denomina Pictografía a una manera de comunicación que se
remonta a culturas neolíticas y que se basa en representaciones de objetos
realizadas sobre piedra. Según los expertos, cada signo de un alfabeto
representa frases y no palabras únicamente. Se diferencia además de los Petroglifos
ya que estos son principalmente símbolos (también tallados sobre roca) pero
realizados por los antepasados al período neolítico.
De
una u otra forma, Incas o Diaguitas enseñaban gráficamente cuando eran periodos
de siembra, cuando se debía cazar a un animal y cómo hacerlo, mostraban sus
cultos a diferentes dioses y también se usaban estas formas de comunicación con
fines comerciales por ejemplo para contar cuantos animales había o cuantos se
entregaban a cambio de otra cosa, etc.
Por
acción del clima y de la erosión, muchos mensajes se han ido perdiendo a lo
largo de los años o se han vuelto indescifrables. Es por ese motivo que muchas
personas están al cuidado de estos preciados lugares y allí se debe ser lo más
cuidadoso posible.
En
definitiva, en este misterioso e impactante atractivo, a través de pictografías o
petroglifos, culturas pasadas, milenarias y muchas de ellas presentes en la
actualidad nos dejaron uno de los mensajes más valiosos a tener en cuenta en
nuestros tiempos: la comunicación con otros no depende de la lingüística o de
la fonética, todo se puede aprender por medio de símbolos o signos conocidos
por todos, donde un búfalo sea icónicamente un búfalo y donde, para entender,
no hace falta tomar clases formales o tener un título académico sino que basta
con el ejemplo y la demostración que todos somos iguales ante la tierra.
El cañon de Anchumbil con sus paisajes asombrosos
La
Rioja es una de las provincias del Noroeste del país con más atractivos para
conocer. Desde turismo aventura al descubrimiento de lugares e historias
ancestrales pasando por recorridos donde se fabrican riquísimos productos en
base a nueces, uvas y olivas y visitas a parque naturales protegidos, esta
provincia Cuyana ofrece de todo para no aburrirse.
Dentro
de ella, uno de los circuitos turísticos elegidos por muchos es el del Valle
del Bermejo y su corazón es la localidad de Villa Unión. Allí se puede
practicar pesca deportiva, comprar artesanías o simplemente disfrutar de la
tranquilidad de un paseo en caballo o a pie, entre otras muchas actividades.
A
tan solo 7 km aproximadamente al este de Villa Unión se puede visitar el Cañón
de Anchumbil con sus paisajes asombrosos. Este destino puede ser parte de un
viaje de aventura que recorra el cráter Corona del Inca, Laguna Brava, Volcán
Pissis, etc. Se llega a él en un circuito de 16 kilómetros de ida y vuelta en
automóvil (descontando el tiempo de una hora recorriendo el lugar) y requiere
de mediodía como mínimo por lo que se recomienda llevar el almuerzo o algo para
comer en tipo picnic.
Cañón
de Anchumbil es un atractivo natural que se caracteriza por sus gigantes e
imponentes formaciones rocosas de color rojizo. Lo realmente llamativo de este
lugar son las huellas del pasado presentes en él en la forma de laberintos de
rocas enormes pertenecientes al periodo triásico (280 millones de años atrás).
Los mismos en algún momento estuvieron en posición horizontal pero, con el
surgimiento de la Cordillera de Los Andes comenzaron a resquebrajarse y a
levantarse quedando de forma vertical y formando asombrosas figuras, pasadizos,
escondites y laberintos. Una de las figuras más famosas es la del “Cañadón”,
una curiosa forma convertida en objeto de arte natural y en foco de muchas
fotografías. Logró esta forma por los efectos del clima en la zona: la erosión
del viento, la lluvia y los intensos calores.
Paisajes
asombrosos que atraen tanto a chicos como a grandes y actividades recreativas
se pueden realizar en la zona del Cañón de Anchumbil. Además de incentivar el
espíritu aventurero y de cuidado por la naturaleza en los más pequeños ellos
pueden mirar y aprender acerca de la flora y fauna autóctona del lugar; mientras
los más grandes se pueden dar el lujo de visitar fincas donde se fabriquen
vinos o se realice frutihorticultura. Ello con la posibilidad de adquirir
exquisitos productos para degustar de regreso a casa. Además, en familia se
puede disfrutar de las caídas de agua de vertiente que forman pequeñas lagunas.
Por
la tarde se puede optar por la merienda en el bosque a lo alto del cerro
mientras se contempla el paisaje con su belleza sin igual y la combinación de
varios colores y sus matices.
Cañón
de Anchumbil es una encantadora propuesta para descubrir la combinación entre
historia y naturaleza, un lugar donde el pasado se hace presente y la
naturaleza deja sus huellas en un constante cambio. Un verdadero exponente de
la cantidad de paisajes para el asombro que se pueden conocer en La Rioja.
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