Si
hay un lugar en el mundo donde se pueda conocer el arte en períodos
precolombinos es la zona del noroeste del país.
Las
provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán, La Rioja y parte de San Juan
fueron habitadas por los Diaguitas, quienes a partir del año 850 desarrollaron
una cultura muy rica basada en el uso del metal y los trabajos de alfarería más
tarde con influencia de Culturas de los Andes Centrales. Diaguita proviene del
quechua y significa “serrano” aunque algunos autores también los llaman
“Calchaquíes”. Se alimentaban en base al maíz, zapallo y porotos y trabajaban
con llamas, guanacos y vicuñas, parte de la fauna típica de las actuales
provincias del NOA. También fueron especialistas en la cerámica fabricando
platos, vasijas y jarrones sin dejar de mencionar la habilidad que
desarrollaron en el trabajo del oro, el cobre
y la plata.
Parte
de su legado se puede encontrar reflejada en las artes rupestres en el cañón de
Anchumbil. También llamado Cañadón o a la zona directamente “del cañadón”
refiriéndose a una formación geológica compuesta de piedras, residuos
volcánicos, etc., se encuentra enmarcado en un paisaje lleno de cardones,
águilas, formaciones rocosas de color rojizo y vertientes de pura agua
cristalina. Este lugar riojano se ha convertido en un verdadero paraíso no solo
para turistas sino para estudiosos de la historia. Los diaguitas dejaron aquí grabados
en las piedras, bien escondidos entre huecos y pasadizos, testimonios de su
estilo de vida y costumbres.
Otras
versiones explican que en el lugar, los que dejaron marcas de sus huellas por
nuestra tierra supuestamente fueron los Incas, todo a través de pictografías y
petroglifos. Se denomina Pictografía a una manera de comunicación que se
remonta a culturas neolíticas y que se basa en representaciones de objetos
realizadas sobre piedra. Según los expertos, cada signo de un alfabeto
representa frases y no palabras únicamente. Se diferencia además de los Petroglifos
ya que estos son principalmente símbolos (también tallados sobre roca) pero
realizados por los antepasados al período neolítico.
De
una u otra forma, Incas o Diaguitas enseñaban gráficamente cuando eran periodos
de siembra, cuando se debía cazar a un animal y cómo hacerlo, mostraban sus
cultos a diferentes dioses y también se usaban estas formas de comunicación con
fines comerciales por ejemplo para contar cuantos animales había o cuantos se
entregaban a cambio de otra cosa, etc.
Por
acción del clima y de la erosión, muchos mensajes se han ido perdiendo a lo
largo de los años o se han vuelto indescifrables. Es por ese motivo que muchas
personas están al cuidado de estos preciados lugares y allí se debe ser lo más
cuidadoso posible.
En
definitiva, en este misterioso e impactante atractivo, a través de pictografías o
petroglifos, culturas pasadas, milenarias y muchas de ellas presentes en la
actualidad nos dejaron uno de los mensajes más valiosos a tener en cuenta en
nuestros tiempos: la comunicación con otros no depende de la lingüística o de
la fonética, todo se puede aprender por medio de símbolos o signos conocidos
por todos, donde un búfalo sea icónicamente un búfalo y donde, para entender,
no hace falta tomar clases formales o tener un título académico sino que basta
con el ejemplo y la demostración que todos somos iguales ante la tierra.
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